La JMJ ha sido una experiencia inolvidable. Madrid estaba lleno de jóvenes de todos los países con un ideal común: dar la bienvenida al Papa y escuchar lo que nos vino a decir. Estuvimos durmiendo en un colegio de las Tablas, un barrio al Norte de Madrid. Allí nos acogieron estupendamente, varias familias de ese colegio voluntariamente nos atendieron como si fuéramos de la familia… ¡sensacional!