Como hemos explicado en los artículos Porqué Tambre? y El Club Juvenil, el fin que persigue la Asociación es acompañar a las familias en la formación de los suyos. Esta formación peculiar que transmitimos en Tambre incide especialmente y -como fin- en el carácter, ayudando a toda la familia a conocer, aceptar y luchar contra las debilidades propias del Temperamento y potenciar sus fortalezas. De esta manera, trabajar en el carácter permite enriquecer la propia personalidad, desarrollar en el tiempo tu Marca Personal.
La formación del carácter es la herramienta, pero el fin último es esa Marca Personal de la que cada uno de nosotros debemos estar orgullosos, nuestra única e irrepetible manera de ser. Pero esta personalidad queremos «diseñarla» de manera plena, según un modelo que merezca la pena, una personalidad que merezca la pena ser vivida, que se conforme a la más rica e interesante que ha vivido en nuestra breve Historia humana: Jesucristo.
Existen muchos caminos para identificar nuestra personalidad con la de Cristo, pero en Tambre queremos hacerlo a través de la vida ordinaria, por medio de las enseñanzas de san Josemaría, del espíritu del Opus Dei. Por esta razón ponemos tanto empeño en que los chicos estudien y estudien bien, porque es lo que tienen entre manos, su principal ocupación y, además, como decía san Josemaría, es escuela de virtudes que ayudan de manera eficacísima a madurar el carácter.
Vida familiar, social, profesional… todas las actividades de Tambre poseen este sello único y peculiar.